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Cristo Rey en el Cerro del Cráter Tesistán Por Fernanda Muñoz


Fotos por @FerMuñoz


En lo alto del cerro del Cráter Tesistán se encuentra una figura imponente y majestuosa 

que no solo domina el paisaje, sino que también se ha convertido en un símbolo de fe, 

esperanza y unidad para las comunidades de Tesistán y Santa Lucía. Se trata del 

monumento a Cristo Rey, cuya historia y significado son tan profundos como 

inspiradores. La historia de Cristo Rey en Tesistán se remonta a noviembre de 1919. Durante una visita pastoral en Silao, el Obispo Valverde, hospedado en el templo del Señor del Perdón y atendido por los carmelitas, quedó profundamente impresionado por un cerro cercano. En aquel momento, sintió un fuerte deseo de celebrar una misa en su cima. Esta experiencia sembró la semilla de la idea de erigir monumentos a Cristo Rey en México, inspirando la construcción de numerosas estatuas a lo largo del país, entre estas la estatua del cerro del Cráter en Tesistán. Uno de los títulos más significativos de Jesús en la tradición cristiana. Aunque Jesucristo no fue un rey en el sentido terrenal, es reconocido como el Divino Rey del Universo, uniendo a toda la creación con el Padre. Este título enfatiza la autoridad espiritual y eterna de Cristo, una autoridad que se celebra y conmemora a través de monumentos. El cerro del Cráter Tesistán fue elegido cuidadosamente para albergar la estatua de Cristo Rey, seleccionando el punto más alto del cerro. Desde este lugar, la estatua ofrece una 

vista panorámica de todo el pueblo de Tesistán y Santa Lucía, simbolizando la protección y la bendición divina sobre la región. La construcción del monumento fue una tarea monumental que involucró a la comunidad entera. Desde los planos iniciales hasta la culminación de la obra, cada paso fue un testimonio de la fe y la dedicación de los habitantes locales. La estatua fue esculpida con gran atención al detalle, asegurándose de que reflejaran la majestad y la compasión de Cristo.



Además de su importancia espiritual, la construcción de Cristo Rey en Tesistán tiene un profundo significado histórico. El monumento fue erigido para conmemorar el medio siglo de la finalización de la Guerra de los Mil Días, un conflicto civil que devastó Colombia entre 1899 y 1902. Aunque la guerra no ocurrió en México, sus efectos resonaron en toda América Latina. La construcción de monumentos como Cristo Rey fue una forma de buscar la paz y la reconciliación, uniendo a las comunidades bajo la figura de Cristo como el Príncipe de la Paz. 

Desde su construcción, la estatua ha tenido un  impacto significativo en la comunidad local. No solo es un lugar de peregrinación y oración, sino también un punto de encuentro para eventos religiosos y comunitarios. Las procesiones anuales, las misas especiales y las celebraciones de la festividad de Cristo Rey atraen a numerosos fieles, fortaleciendo el sentido de comunidad y pertenencia. El monumento también ha influido en la identidad cultural de Tesistán y Santa Lucía. Representa la fe profunda de sus habitantes y su compromiso con los valores cristianos. Además, se ha convertido en un símbolo de resiliencia y esperanza, especialmente en tiempos de dificultad. 

El Cristo Rey de Tesistán no solo atrae a los devotos locales, sino que también ha comenzado a llamar la atención de turistas y visitantes de otras regiones. Su ubicación estratégica ofrece una vista espectacular del paisaje circundante, convirtiéndo en un destino popular para excursionistas y fotógrafos. La presencia del monumento ha fomentado el turismo religioso, contribuyendo a la economía local y promoviendo el intercambio cultural. Cada año, la festividad de Cristo Rey se celebra con gran entusiasmo en Tesistán. Las festividades incluyen procesiones, misas solemnes, eventos culturales y actividades comunitarias que reúnen a personas de todas las edades. Estas celebraciones no solo reafirman la fe de los participantes, sino que también fortalecen los lazos sociales y promueven un espíritu de solidaridad y colaboración. El monumento en el cerro del Cráter Tesistán es más que una estatua; es un legado viviente de la fe y la historia de la comunidad. La cual representa los valores de paz, unidad y devoción que han sido fundamentales para los habitantes de Tesistán y Santa Lucía a lo largo de las generaciones. Además, el monumento es un recordatorio constante de la importancia de la espiritualidad en la vida cotidiana. Para muchos, la figura de Cristo Rey es una fuente de consuelo y fortaleza, inspirándose a vivir de acuerdo con los principios cristianos de amor, compasión y justicia. 

Una obra monumental que encapsula la historia, la fe y la esperanza de una comunidad. Desde su origen inspirado en una visión espiritual hasta su impacto en la vida cotidiana de los habitantes locales, el monumento es un testimonio de la capacidad humana para buscar lo divino y encontrar unidad en la fe. 

A medida que el tiempo pasa, la estatua continúa siendo un faro de luz y un símbolo de la presencia divina, recordando a todos los que lo ven que, aunque Jesús no fue un rey en el sentido terrenal, su soberanía espiritual une a toda la creación con el Padre, guiando a la humanidad hacia un futuro lleno de paz y armonía. 



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