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PIEDRAS




El ser humano se distingue por encima de cualquier otra especie de animal habida y por haber en la Tierra por una simple y no tan sencilla razón: el razonamiento.

Tan es así que los niveles a los que ha llegado la raza humana gracias a este acontecimiento nos han llevado a buscar entender lo inentendible, cosas o situaciones que se presentan en la vida de cualquier individuo y que, curiosamente, nadie conoce la respuesta. Cuestionamientos del tipo: ¿Qué sucede después de la muerte? ¿Somos los únicos en este universo? etc.

Es así que, a falta de respuestas contundentes y tangibles (aquellas que resolverán la duda de cualquier individuo sin importar qué, gracias a su comprobabilidad en la vida real), al humano no le queda más que crear sus propias conjeturas y buscar crear una realidad. Ya que el cerebro humano no es capaz de tener huecos en los pensamientos, se tendrá que hacer de su propia realidad.

Es así como llegamos al meollo del asunto. Creer, ciegamente o no, se basa simplemente en dar tu voto, en tener fe, convencerte a ti mismo con lo que te dices o lo que quieres que suceda, creerlo de corazón. Y es así como existen miles de religiones o líneas de pensamiento, filosofías o estilos de vida. Todos tienen en común el factor de la fe.

Existen múltiples prácticas que son desacreditadas por prejuicios o simplemente por parecer algo tan banal como una roca. Pero aquellos que tienen la certidumbre de que ello funciona, se armarán de todo tipo de argumentos para sustentar su devoción en donde depositan su confianza.

Es así como llegamos al mundo de las piedras, cuarzos y minerales..

A todos estos se les adjudican ciertas características, beneficios o propiedades que pueden ayudar o beneficiar a quienes los porten o sean de su posesión. Esto dependerá totalmente de la necesidad del interesado y existirán múltiples elementos que puedan generar un resultado.

El argumento general de estas prácticas suele ser un tema de física básica, que está muy bien planteado. Todo a nuestro alrededor se encuentra en una escala o un espectro, dentro del cual hay múltiples frecuencias. Es decir, todo está dentro de un rango al que nosotros, como humanos, estamos limitados a acceder solamente a una parte de ese espectro gracias a nuestra fisionomía. Por lo tanto, existen frecuencias que no alcanzamos a distinguir, como el rango auditivo de un humano, que es de 20 a 20,000 Hz.


Es así como múltiples piedras o cuarzos, hechos de diferentes compuestos químicos, tienen una respuesta diferente a ciertos estímulos. Por lo que volvemos a lo mismo: creer. Si el ser humano, al ser una antena de todo tipo de frecuencias, ¿podría ser esta una manera de llevar a otro nivel tu plegaria, necesidad o deseo?


Este tipo de artilugios son empleados en rituales donde se intencionan con un propósito específico (ya sea con la deidad con la que te sientas cómodo, profeses o simplemente con tu devoción completa), buscando lograr un beneficio, sanar algún malestar, alejar las malas vibras o redireccionar el odio en amor.


Uno de los materiales más usados son los cuarzos. Existen más de 200 diferentes tipos. Es el mineral más abundante en la Tierra, principalmente formado de dos componentes: oxígeno y silicio. En altas compresiones, se tornan en estos fuertes minerales de aspecto pétreo y de hermosos, brillantes y variados colores.


Muchas, si no es que la mayoría de las piedras utilizadas en estas prácticas, ya tenían esta concepción por diferentes culturas en diferentes partes del mundo. Por lo que no es tan descabellado pensar que, si el patrón se repite en diferentes circunstancias y contextos, ya sean geográficos y/o teológicos, algo de cierto debe tener. Y es ahí donde entra el dilema: ¿es por lo que crees? ¿es parte de ti? ¿tú lo generas?


Bueno, así es como funcionan las creencias. La gente que es muy devota tendrá los beneficios de lo que haya cosechado, y aquellos que no están convencidos nunca tendrán la certeza de quienes creen.


Diferentes ítems son utilizados de manera esotérica, intencionándolos para que hagan su trabajo. Esto puede ser usado en el ámbito holístico, terapéutico, de meditación o de magia. Y es justamente ahí donde cada uno buscará la piedra que crea que pueda ayudarle en la necesidad en la que esté involucrado.


Es normal, como humanos, buscar todo tipo de solución a cosas que están fuera de nuestras manos y que nos preocupan. Es por eso que dejamos toda nuestra devoción en algo similar: la búsqueda de algún tipo de deidad o ritual que esté al nivel de esa parte incomprensible y que, de alguna manera, nuestras plegarias sean escuchadas o nuestra voluntad se haga realidad.

Existen muchas formas de describirlo debido a las diferentes corrientes de pensamiento o ideologías que pueden ser partícipes en esta dinámica, pero hay una sola cosa en común, que podría reducir a añicos toda la variedad de trenes de pensamiento. Es la fe, nada de ninguna práctica podrá, será o podría ser efectiva, si no crees en ello. 



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